Por
Arq. Rodolfo Eduardo Medina.
Paraguay
es un país fantástico, pero algo ignoto y aparentemente remoto dado su perfil
bajo internacional y turístico. Hogar de gente muy amable y cálida, el país
tiene el legado de haber sido reconstruida desde sus pocos ciudadanos
masculinos que quedaron vivos a raíz de la cruenta Guerra de la Triple Alianza
acontecido entre 1864 y 1870, que diezmó un porcentaje importante de sus tropas,
así como un 40% de su territorio original (50.000 km2 cedidos a Argentina, y
150.000 a Brasil).
Se
estima que unos 350.000 paraguayos perecieron (entre 50 y 85% de la población),
con una pérdida cercana al 90% de su población masculina adulta: pasó de tener
unos 500.000 habitantes a tan solo 125.000. Más de 15 años después del final de
la guerra, un censo determinó que había en promedio cuatro mujeres mayores de
30 años por cada hombre; en algunos sectores del país esta relación se elevaba
a diez y hasta veinte mujeres. Esto provocó que se normalizara la práctica
general del concubinato y la poliginia (matrimonio polígamo de facto) en el
país, para su recuperación a corto plazo.
Foto de enfermera en el frente de guerra; aunque esta foto fue tomada
durante la Guerra del Chaco, el tema que refleja es el mismo.
Este
conflicto generó una enemistad por inercia con sus vecinos brasileños, que solo
encontraría una solución simbólica con la muy posterior construcción de la
presa hidroeléctrica de Itaipú y el Puente de La Amistad, en 1984.
La
historia rindió homenaje a esos hombres que dieron la vida por la gloria
patriótica guaraní, a través de un billete que lleva la imagen del Soldado
Paraguayo.
Sin embargo, también faltaba un merecido homenaje para el rol de la
mujer paraguaya, quien fuera el pilar vital de reconstrucción de un país en el
que la agricultura y la ganadería habían desaparecido; se sostiene que fueron
ellas las que tomaron las armas al final de la guerra para defender la nación.
Durante los años posteriores a la guerra, prácticamente toda la producción
agrícola estuvo en manos de las mujeres, que además empezaron a asumir cada vez
tareas más pesadas como por ejemplo el trabajo en las salinas y las
curtiembres. El país tuvo que importar la mayoría de productos, sobre todo los
alimenticios.
Acuarela que representa la fuerza de la mujer paraguaya defendiéndose
contra un yaguareté.
Por otra parte, por las circunstancias excepcionales de las contiendas,
se necesitaban cada vez más mujeres en los campamentos. Trabajaban como
enfermeras, lavanderas, y cocineras; más tarde apoyaron en el transporte de
material pesado.
Cuando los productos importados como medicina ortodoxa o tela para
uniformes empezaron a escasear, los conocimientos sobre las plantas y hierbas
locales, que las mujeres del campo poseían, adquirieron gran importancia
práctica.
Los grupos de mujeres eran dirigidos por las llamadas sargentas, quienes
cuidaban el orden, organizaban y coordinaban el trabajo, y ayudaban en el
cumplimiento de las órdenes del gobierno o de los generales.
Además, las mujeres eran imprescindibles en los bailes (ágapes) y las reuniones
(tertulias) que se organizaban en cualquier ocasión, primero para celebrar
victorias, y después también para conmemorar las derrotas en las que los
soldados paraguayos se habían destacado por su valor y heroísmo.
Monumento a "Las Residentas", ubicado en la ciudad de Luque.
Durante
casi todo el siglo XX la memoria colectiva de los paraguayos resaltaba el papel
de “la residenta”, mujeres que acompañaron al ejército durante las campañas
bélicas como Abay, Itá Ybaté, Piribebuy, Acosta Ñu, y Cerro Corá donde tuvieron
destacada participación (en otros escritos se las identificaba inicialmente como
“las legionarias” o “traidoras a Francisco López” el gobernante paraguayo
contemporáneo), y la semblanza del “bello sexo nacional”, en vez de las
“destinadas” y las “reconstructoras”, pero también en lugar de los veteranos y
generales de la guerra.
Esto
se debe al hecho de que la imagen de “la residenta” era la menos conflictiva y
la más coherente tanto con el nacionalismo como con los roles tradicionales de
género.
Después
de la derrota que llevó consigo la destrucción de la economía y del modelo
social tradicional paraguayo, los nacionales tenían que reconstruir su
identidad. Desde la perspectiva extranjera, el desequilibrio numérico entre los
sexos era la característica más llamativa de este extraño país, y la más
fascinante para los analistas predominantemente masculinos; hasta los años 20s,
en casi todos los relatos de viaje o análisis sobre el país en Europa, se lo
titulaba “país de las mujeres”, describiéndose la superioridad numérica y la
presencia pintoresca en todos los espacios públicos, destacándose como
“hermosas, limpias y laboriosas aunque algo relajadas en su moral sexual”.
Pese
a todo esto, las mujeres paraguayas nunca tuvieron efectiva participación
política en el país que reconstruyeron. Ellas, miles, permanecen como heroínas
anónimas; no hay bustos de bronce o de mármol con sus rostros ni calles o
plazas con sus nombres y apellidos.
Aunque
hay una fecha en la que se la homenajea: el 24 de febrero de 1867. Las damas
asuncenas organizaron una reunión general en la plaza 14 de Mayo, frente a la
iglesia de la Catedral. Este evento es considerado la primera asamblea femenina
de Latinoamérica y la razón por la que Paraguay festeja el Día de la Mujer
Paraguaya ahora. Esa convocatoria tuvo como objetivo congregar a cientos de
mujeres con la intención de donar joyas y alhajas para los esfuerzos de la
guerra, convencidas de una causa nacional común.
Todas
esas mujeres quedaron inmortalizadas en sendos libros donde se pueden leer sus
nombres, pueblos de residencia y cantidad de joyas que tenían en su poder. En
la práctica, solo una parte fue realmente entregada, pues parte de lo
recolectado fue utilizado para obsequios del Mariscal Francisco Solano López,
quien cumpliría años el 24 de julio.
Independientemente
al uso que se les dio a las joyas, el objetivo de las damas que se reunieron el
24 de febrero fue demostrar fidelidad y sacrificio a la patria.
No
obstante, en el universo de papel moneda paraguayo, tampoco había alguna
referencia, alusión o viñeta retratada con respecto a la gesta de la población
femenina. El billetario nacional, con el anterior Peso Fuerte, las viñetas eran
de origen extranjero; pero hay que recordar que desde que empezó a circular en
1943 la moneda soberana actual, denominada GUARANÍ,
estuvieron siempre presentes en los anversos los caudillos y militares que
manejaron al país, como Francisco Solano López, Mariscal José F. Estigarribia, o
el General José E. Diaz. Es decir, los personajes de la historia nacional eran
hombres específicos con nombre y apellido; pero recién 20 años después se
incorporaría un estereotipo femenino, aunque genérico, en un billete.
"La mujer paraguaya", fotografía modelo para la impresión en los billetes de G.5.
En
efecto, en 1963, dentro de la primera emisión de formato homogéneo en los
billetes de la nación, aparece un billete de CINCO GUARANÍES donde se encuentra
estampada por primera vez el retrato de una “anónima” mujer típica paraguaya.
La
fémina se la presentaba con un typoi (especie de túnica corta o prenda liviana
utilizada por las mujeres oriundas del Chaco y del Amazonas meridional) y
vestida con una pollera florida, sosteniendo a la altura de su cintura un cántaro
con ornamentos tradicionales.
Según
algunas descripciones expresadas en publicaciones paraguayas, acerca de la
imagen y contexto, se trata de “la mujer que va a buscar agua del arroyo o río
y la transporta, escena propia de una economía rural agraria o agropecuaria […]
se mantiene dentro de los parámetros tradicionales de la división sexual del
trabajo, en donde la reproducción biológica y cultural de la unidad doméstica
recae en el papel de la mujer”.
El
billete Guaraní, con el primer retrato de una mujer, en su segunda emisión de
acuerdo a la “Ley N°18 del 25 de marzo de 1952”, tuvo un formato común a todos
los demás valores faciales que compartían aquel cono monetario (a diferencia de
la primera emisión, cuyos valores faciales contenían formatos de distinto
tamaño).
El
color predominante de este billete de CINCO GUARANÍES (1963, sin fechar), era
AZUL.
Período Histórico: República (1811-Actual).
Sistema Monetario: Guaraní PYG.
Billete de 5 Guaraníes.
Decreto Ley N°18 del 25 de marzo de 1952.
ND(1963).
Anverso: La Mujer Paraguaya.
Printer: Thomas de La Rue & Company Limited.
Tamaño: 157x67 mm.
Pick SCWPM-194.
Al
poco tiempo, en el mismo año 1963, el Banco Central del Paraguay cambiaría el billete de
CINCO GUARANÍES -color azul-, por un ejemplar con color NEGRO; y así se
mantendría hasta la desaparición de esta denominación.
Período Histórico: República (1811-Actual).
Sistema Monetario: Guaraní PYG.
Billete de 5 Guaraníes.
Decreto Ley N°18 del 25 de marzo de 1952.
ND(1963).
Anverso: La Mujer Paraguaya.
Printer: Thomas de La Rue & Company Limited.
Tamaño: 157x67 mm.
Pick SCWPM-195.
LA MUJER RETRATADA EN EL BILLETE DE 5
GUARANÍES.
Se
estima que la foto del retrato de la mujer paraguaya corresponde a una artista
de folklore muy querida y conocida de la época, que vivía en el barrio Pinozá
de Asunción.
Se
trata de Petrona Adorno, cuyo nombre artístico era DORA DEL CERRO. Ella cantaba y hablaba exclusivamente en guaraní, y
era muy requerida para las veladas, siempre vestida de atuendo típico nacional.
Junto al cantante argentino Horacio Guaraní, fueron los primeros en grabar en
disco la polca del Club Cerro Porteño de la autoría de Herminio Giménez.
También se la recuerda por ser compañera de teatro de la actriz Máxima Lugo y
en el canto, su fiel compañera, Elba del Cerro.
Falleció
el 08 de abril de 1989, víctima de una larga y penosa enfermedad, a los 63 años
de edad, y luego de haber celebrado 45 años de carrera ininterrumpida.
Sin
embargo, no se conoce demasiado acerca de su historia con respecto a la imagen
del billete; por eso muchos creen que la imagen plasmada es una coincidencia,
que representa a una mujer común paraguaya, incluso a una alegoría de las
“residentas”, o si la imagen corresponde a la “Burerrita de Ypacaraí”, la representación de una campesina
paraguaya que despierta pasiones en los hombres y que fue trama de un guión de
reconocida película de 1962.
Pero
existe una versión actualizada que asevera que la verdadera identidad es otra.
Se
mencionaba que la persona correspondía a Dora del Cerro, que era un retrato
atribuido al fotógrafo austríaco Adolfo María Friedrich, quien llegó al país en
1930 y acompañó al ejército paraguayo en tiempos de guerra, realizando
fotografías en toda la contienda bélica; además de realizar estudios de la
botánica local, fue por muchos años fotógrafo de la sociedad asuncena en
tiempos del presidente Higinio Morínigo. Por
la calidad de sus trabajos fotográficos serían elegidos los retratos del Soldado
Guaraní y la de la Mujer Paraguaya.
Sin
embargo, en diarios de la época se publicaba lo siguiente:
“Ya
era una información que nació y perduró con los años; incluso funcionarios del
Banco Central del Paraguay asumieron que se trataba de la misma persona, es
decir, Dora del Cerro. Sin embargo, una persona de nombre Javier Yubi
manifestaba que había personas que decían ser familiares de una mujer a quien
correspondía la imagen. Se llegó a afirmar dicha aseveración a través de un
programa de televisión en la que el apreciado Javier confirmaba la identidad de
la mujer como Judith Galeano de
Carrizosa. De esta manera, muchos se empezaron a dar cuenta del error
compartido erróneamente durante un tiempo.
Comparando
fotos entre ellas no coinciden los rostros. Además, todo tiene sentido, cuando
se aclara que el Señor Miguel Carrizosa fue el funcionario que representaba por
entonces a la Casa Thomas de La Rue de Inglaterra, encargada de imprimir aquella
imagen en los primeros billetes de Gs.5.”
(Folleto
Numismático N°6 / Actualizado en abril 2023).
Esa
situación de duda se puso manifiesta años después, cuando se empezó a cotejar
la imagen femenina del billete de G.5 con la imagen –algo modificada- en el
nuevo y último billete de G.20.000.
Como
dato adicional, cuando el Banco Central sacó el billete de 20.000 Guaraníes en
el año 2005, hubo personas que se preguntaban lo siguiente: “Las mujeres
bonitas de este siglo (XXI), de nuestra amada Patria, no deberían tener su
lugar en este billete de 20.000? No parece justo que se siga utilizando la
misma figura de la mujer paraguaya de los años 40s ó 50s”.
Período Histórico: República (1811-Actual).
Sistema Monetario: Guaraní PYG.
Billete de 20.000 Guaraníes.
Primera Versión.
2005.
Anverso: La Mujer Paraguaya.
Printer: Giesecke & Devrient.
Tamaño: 157x67 mm.
Pick SCWPM-344.
Entre
las peculiaridades del billete de 20.000 (2005) primera versión, es que lleva
impresa la firma de la Doctora Mónica Pérez Dos Santos, la primera mujer Presidente
del Banco Central del Paraguay.
Período Histórico: República (1811-Actual).
Sistema Monetario: Guaraní PYG.
Billete de 20.000 Guaraníes.
Segunda Versión.
2017.
Anverso: La Mujer Paraguaya.
Printer: (Casa de Moneda de Chile).
Tamaño: 157x67 mm.
Pick SCWPM-238.
El
nuevo billete mantuvo la misma foto de la mujer de los billetes de Gs.5 pero en
la serie A respectiva. La modificación en la siguiente emisión el retrato se da
de manera sutil: el cántaro sostenido es movido y éste termina tapando parcialmente
el rosario colgante de la parte superior del pecho de la dama. Laicismo
creciente o quizá diferencias de índole religioso?
Quién
sabe.
Más
adelante en el tiempo, la imagen iconográfica que representa a las maestras y
hermanas SPERATTI, impresas sobre el billete de polímeros de 2.000 Guaraníes,
implicó un cambio visible en cuanto a que hubo de pasar casi medio siglo para
que el billetario paraguayo se atreviera a sustituir la imagen tradicional de
una “campesina” como emblema de la femineidad guaraní por la de una “maestra
ilustrada”, la cual sigue teniendo un aire ideológico diferenciado.
FUENTES:
Portal
Guaraní.
Diario
El País.
Imágenes
de mujeres en billetes y monedas paraguayas (Roberto L. Céspedes R).
La
Mujer: los billetes y su estampa en las mismas. Figuras femeninas en la historia
monetaria del Paraguay (Jorge Duarte Mora).
La imagen femenina en
billetes y monedas del Paraguay. Folleto Numismático N°6, Actualizado. (Raúl
Olazar).
Interesante
ResponderEliminarGracias por tu comentario Abuelosurf. Las historias detrás de la moneda de los países, entre tantos otros tópicos, resultan muy interesantes.
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